domingo, 15 de enero de 2012

Decálogo para interpretar un buen monólogo

Recientemente he descubierto esta web del cómico David Martín sobre el mundo del espectáculo y los monólogos, apta para intentos de artistilla como el menda.

Uno de los artículos que me llamó la atención es el de los 10 pasos para interpretar un buen monólogo. Por eso, no puedo por más que reseñarlo. Sólo los puntos clave, no todo el texto, que si pongo el enlace es para que entréis y lo leáis. En fin...

1º Ensayar.

Perogrullada del quince, aunque eso no es malo: es conveniente remarcarlo, que alguno se creerá que el actuar se reduce a la media horilla o poco más que echas encima del escenario donde el texto te viene por ciencia infusa.

Lo reseñable de este primer punto es este fragmento:

Reúne a algunos amigos o familiares y actúa para ellos. Esto es una buena idea porque te dará la sensación de un público de verdad, y podrás preguntarles con sinceridad cual es su opinión de tu trabajo.

Erm... más bien amigos, y tampoco quemándolos mucho ¿no?. Asumámoslo: para la familia, ya tengas cinco o cincuenta años, SIEMPRE serás "el nene". El que no te dice directamente que no vales un mojón, te suelta los típicos comentarios condescendientes y palmaditas en la espalda. Como que no, vamos.

2º Nuestro juez interior.

conectan con el público. Este detalle a veces es suerte, a veces es experiencia, o simplemente cierta habilidad o intuición que tenga el monologista.

Solo te cuento todo esto para llegar a esta idea: NO TE PREJUZGUES. Cada uno es como es. Solo tienes que encontrar tu punto cómico.


Sí y no. Que me lo digan a mí que me es imposible caer bien, al menos de primeras, ya que inevitablemente parezco un borde. Ya me gustaría ver a mí al Dani Rovira si hubiese nacido en Córdoba, que te condiciona a ser un "esaborío", y no en Málaga que ya le da el plus de tener "grasia". Seamos sinceros, si eres andaluz y te quieres dedicar a la comedia, más te vale haber nacido en Cádiz o Málaga.

3º El Ego.

En general que una actuación salga mal o bien no depende solo del monologista, también influyen: el público, las cuestiones técnicas y otros factores pueden encumbrar tu actuación o desbaratarla. Debemos ser conscientes de todo esto y descubrir lo que nos ayuda y lo que no. Y sobre todo separarlo de lo que es “nuestra actuación” a la hora de reflexionar sobre ella.

No te creas el mejor cómico del mundo cuando salga bien, ni tampoco te machaques si fallas.


Hmmm vale, esta la doy por buena. Siguiente.

4º Hacer reír es nuestro objetivo.

¿Qué hacer para mejorar o eliminar los puntos flojos?

Bien. Hay muchas cosas que mejorar en un monólogo, tanto a nivel de texto como a nivel interpretativo. Todas estas cosas mejoran con la práctica, pero también es bueno empaparse de las cosas le funcionan a otros monologistas, es decir: Ver videos y asistir a actuaciones de otros profesionales.


Recordad chavalines: humor de actualidad, tetas, culos, borracheras, tu novia y tu familia. No falla.

5º La risa es contagiosa. Interactúa con el público. ¡Gánatelos!

No te descubro nada nuevo cuando te digo que la risa es pegadiza y si consigues que se escuchen risas, es casi seguro que tu público se contamine poco a poco de ellas.

Cada público es totalmente diferente al anterior y depende de lo implicado que este el público en tú monólogo, para que puedas usar estos recursos.


Debatible. Cierto es que hay que saber improvisar y aprovechar chascarrillos y complicidad con el público pero a veces éste no está por la labor, y lamentablemente el clien... digo... público siempre tiene la razón así que, si se llega a esa situación, mejor tirar de "lo bueno si breve, dos veces bueno".

6º Crear imágenes.

Buena técnica para memorizar el texto, desde luego: la vieja asociación de ideas. Transmitírselas al público ya es harina de otro costal.

7º Ser natural.

Ser natural supone el 51% del éxito de una actuación. Este es uno de los puntos más importantes y donde flojean los monologistas que están empezando. Por otro lado esto es totalmente comprensible ya que solo se logra ser natural por medio de la práctica del oficio.

Mi reacción aquí va desde el "depende de la situación" hasta el "y una polla como una olla". Si se refiere a no demostrar nervios y actuar lo más relajado posible sí. Si se refiere a ser uno mismo, me remito a lo de que al final tienes que tirar de temas trillados y/o de actualidad o la mayoría pasará de tu monólogo.

Si el monologista trasmite nervios, dudas, o se equivoca con frecuencia el público estará más atento a eso que a la propia actuación.

Cagonlaputa... esto me pasa por rajar antes de leer.

8º Innovar.

No, no, y mil veces no. Con esto sí que no trago. Sólo te tolerarán las innovaciones si A-caes en gracia (chungo) y/o B- eres económicamente rentable. Al final tienes que tirar de lo de siempre.

Aunque, bueno, siendo honesto, tampoco es plan de ponernos snobs: no se puede pedir que se pongan en plan Sócrates a gente que sólo quiere echarse unas risas mientras toma unas copas, sobre todo cuando actúas de madrugada con todo el público montado en unos copazos de más. El punto está en saber encontrar el equilibrio entre tu punto propio y el "mis amigos, mis borracheras y mi novia" para mantener el interés sin pasarse por ninguno de los dos lados.

9º El Oficio.

Ser monologista al igual que cualquier otra profesión relacionada con las artes escénicas no es nada fácil, requiere muchas horas de preparación y ensayo antes de ponerte delante de un público. Como ilustración del trabajo de un artista nos sirve un Iceberg, lo que se vé a simple vista es solo una pequeña porción, la mayor parte está sumergida y esa es la que corresponde con el verdadero trabajo de un artista.

También hay que tener en cuenta que los monologistas que trabajan habitualmente en televisión son solo unos cuantos. La gran mayoría están siempre con el coche de arriba abajo para ir a los bares o Pub´s donde actúan, y en estos sitios no todo es tan “Glamouroso” como en televisión.

Por otro lado también diré, que realmente es un trabajo donde se disfruta, sobre todo cuando te has encontrado con un público con el que has conectado perfectamente.

Y como dice el compañero Yago: “Nunca te desanimes ese es tu peor enemigo, de las buenas actuaciones se aprende pero de las malas incluso más.”


Eh... ¿lol qué? Lo digo porque más que un consejo es un recordatorio de que no todo es lo que parece, pero no es realmente un consejo a no ser que sea uno tipo "recuerda todo esto y mantenlo presente como motivación para no venirtr abajo".

10º Por último: Un secreto.

En este último punto solo me queda deciros un secreto que os ayudará mucho en vuestro oficio de monologistas:

“Todos estábamos nerviosos la primera vez que nos pusimos delante de un público”

Es más; incluso los artistas con mucha experiencia se siguen poniendo nerviosos. Los nervios son parte de este trabajo, acéptalos.

Ah! Y esto es importantísimo: Disfruta de tu actuación.


Otro punto de "ten esto presente". En fin.

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En fin, que nadie se tome esto como una ofensa a la guía bien intencionada que posteó el hombre, pues mi "reseña" de su guía no deja de ser una mera sátira burlesca a la frustración derivada de los menos de esta profesión ( punto por otra parte justificada hasta cierto). Simplemente tenía ganas de dedicarle una entrada al tema monólogos que reflejase un poquito la frustración por llevar unos mesecillos en tierras baldías.

En líneas generales recomiendo visionar el blog así como sus diversas secciones (como por ejemplo, "qué asco de tele"). Está bastante bien y ya que me ha proporcionado material para la entrada de la semana, qué menos que darle merecida citación.

Hablando de guías sobre monólogos, en esa misma web hay un artículo del guionista Paco Bárcenas con el mismo tono pesimista-realista que imprimiría yo y de la que recomiendo encarecidamente su lectura.

Saludos monologuísticos.

1 comentario:

  1. ¿Tono pesimista realista? Vaya que comentario más sorprendente. Sabes eso que dicen ¿que un pesimista es un optimista bien informado?... jajaja

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