Por motivos de dificultades técnicas, no pude recibir las imágenes en su momento, y como de todos modos, el exhaustivo análisis del viaje ya lo podéis leer en el blog de Chespiro, me limito a resumir lo que fue para mí aquel día:
El bueno de Manuel de Cos, posando con este mero don nadie, mientras nos comentaba lo último de Ediciones B. Destacar que Chespiro y yo fuimos los primeros de la cola y tanto de Cos como Ibáñez nos saludaron personalmente.
Ibáñez firmándome los álbumes que llevé con cierta prisa. No imaginan la cola que había.
Y para rematarlo, de vuelta a la estación, un alien que hacía mimo en plena rue se salió de su rutina para atacarme. Tratando así a la clientela poco va a ganar para lo que sea que intente recaudar.
Además del privilegio de poder hablar con Ibáñez y De Cos, pudimos conocer a personas encantadoras durante las más de dos horas que estuvimos haciendo cola. Mención especial a una parejita venida desde badajoz que amenizó las casi dos horas de cola previas a Ibáñez. La mayoría de estas personas eran, además, primerizos en esto de las firmas de Ibáñez, y aunque se sorprendieron porque Chespiro y yo comenzásemos a hacer cola casi dos horas antes, viendo la de gente que llegó después, lo entendieron rápido.
Tampoco la televisión permaneció ajena al fenómeno, pues Canal Sur TV acudió a cubrir la noticia. Si nada salió mal, cabe esperar que Chespiro, el resto de presentes, y por supuesto un servidor, saliesen por la tele, esa cosa que yo casi ni utilizo gracias al bendito internet.
Eh, que esto se supone que era una entrada sobre Ibáñez.
En fin, cosas que pasan, oigan.
¡No has puesto la foto esa que te hiciste con el erizo gigante que tanto te gusta! Espinete se llamaba, ¿no?
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