lunes, 22 de febrero de 2010

Mi visión sobre la obra de Ibáñez (I) : La decadencia de Mortadelo y Filemón

Primera entrada en el apartado puramente cómics. Para fliparlo.

En fin, esto no es más que una reflexión para con los miles de fans de la obra de ese genio y gurú del cómic que es Francisco Ibáñez. Como tengo bastante que comentar, lo dividiré en varios post. En esta primera entrada voy a analizar un par de puntos a los que llevo dándoles vueltas un tiempo sobre la "decadencia" de Mortadelo y Filemón.

A la par que a muchos de nosotros, por no decir casi todos, nos surgió el chispazo de creernos dibujantes de cómics gracias a la obra del maestro, siguiésemos el estilo más ibañezco o cambiásemos el tipo de dibujo con los años, me he percatado de que casi en la misma proporción, la obra actual de Ibáñez es ferozmente criticada como decadente, sin gracia, repetitiva, obscena, escatológica y demás críticas tan propias de los fans, que a menudo suelen ser los peores enemigos de aquello que adoran.

Bien, antes de que algunos que yo me se me lapiden antes de poderme explicar, comenzaré diciendo que no negaré que efectivamente, ha habido un cambio de tónica en la obra del maestro en los tiempos más actuales, comparada con su época clásica, algo por otra parte inevitable. No obstante, tampoco me parece que sea como para machacar la serie hasta extremos como los que leo en algunos sitios, tal como opino con otras series como Sonic en videojuegos, o Los Simpson en televisión.

Tal vez me he vuelto mas condescendiente con el tiempo (que para los 22 años que llevo vividos, también he tenido mis momentos de fanatismos varios), o a lo peor es que simplemente soy demasiado permisivo con las series que me gustan, pero encuentro que algunas críticas se basna más en el subjetivismo y en la añoranza de esa infancia leyendo cómics, que en que la serie realmente haya bajado a los infiernos de Dante.

-Punto número 1: para empezar tenemos las constantes críticas a la escatología en los gags. Personalmente, yo encuentro que en este punto se generaliza demasiado. Hay una diferencia bastante grande entre hacer gags con "sáquese un invento de los cataplines" y que un perro se le cague al súper directamente en los pies, a vista del lector.

Lo primero me parece poco más que una revisión del humor Ibáñez en los nuevos tiempos. Si tenemos en cuenta el vocabulario típico de los cómics Ibáñez, con vocablos rebuscados o más "cultos" que los que se oyen a pie de calle, podemos observar que esa tónica se mantiene incluso con la presencia de esos términos denominados "escatológicos" de los últimos tiempos, lo cual, bajo mi punto de vista, no es mas que una revisión a los nuevos tiempos, usando palabras o expresiones que se acerquen algo más a la manera de hablar más basta, propia de esta epoca despendolada, sin perder la forma de hablar típicamente Ibáñez. Nótese que nunca excede los términos mas correctos como "pirula", "trasero" o "cataplines", sin llegar nunca a las barbaridades que a día de hoy son cotidianas en el día a día como "hostias", "cojones", etc. Es mas, de cara a los que critican que aún así, dichos vocablos son impropios de una serie de cómic "para niños", debo recordarles que quizá lo fuesen si esos niños siguiesen siendo ellos mismos, pero, seamos realistas, la juventud a día de hoy está mucho más "asilvestrada" que diría Ibáñez, en lo que a términos lingüísicos se refiere. Y, en cualquier caso, ya en algunos álbumes considerados "de los buenos", se usaban expresiones del tipo "ande y muérdase el trasero y diga que se está merendando un donut" e incluso bromas sobre cuescos y cagadas varias y nadie se echaba las manos a la cabeza.



Cualquiera que sepa decirme de qué álbum es éste gag, no tiene ningún derecho a hacer críticas sobre humor de pedos en los álbumes modernos. La verdad duele.

Lo único que se acerca a la grosería que muchos comentan son expresiones contadas, que, sin parecerme del todo ofensivas (acostumbrado a seguir cosas más bestias como South Park) si que creo que desentonan un poco en el contexto de la obra del maestro, como el famoso (o infame) "¡TOMA CULOOOO!" de Goliath a Filemón en "Bajo el Bramido del Trueno".

Lo segundo, no obstante, sí me parece escatología pura y dura, y totalmente sobrante, como la escena de "Rapto Tremendo" donde el perro en cuestión, directamente defeca sobre los zapatos del Súper.

Pero, como iba diciendo antes, quería señalar, que, hay chistes y chistes, y francamente, en conjunto, no creo que Ibáñez haya degradado tanto el tipo de humor y vocabulario como más de un "erudito mortadelil" proclama.

-Punto número 2: La repetición de gags. Sin ánimo de ofender a los seguidores de la obra de Ibáñez, no me extenderé demasiado en este punto porque lo considero absurdo.

Quiero decir que criticar la reutilización de chistes en la época actual me parecería lógico... de no ser porque ya en los 70 y 80, había chistes repetidos, algunos casi palmo por palmo, de los cuales muchos blogs sobre Mortadelo ya dan buena cuenta en diversos artículos, como por ejemplo el blog de mi amigo Chespiro "Corra Jefe Corra",

Es decir, ¿cómo es posible que se cuente como válida la crítica a la repetición de situaciones y esquemas de los álbumes del 2000 para delante, cuando desde mucho antes ya se hablaba de situaciones arquetípicas como "las decepciones de Ofelia" (donde el Súper suele llevarse la peor parte por ser el que termina de detonar la furia de la oronda secretaria tras contenerse ante los desplantes del dúo de agentes), las "persecuciones", los gags de "Taxis voladores", los gags sobre "levantar pesas" (de hecho, estos dos últimos tienen sendas entradas dedicadas en el blog antes mencionado) y etcéteras varios?



Viñeta de "Los cacharros majaretas" de 1974 que muestra otro tipo de gag repetido OVER 9000 veces en Mortadelo. Pero recordad niños, ¡sólo es malo o no tiene gracia, si aparece en un álbum de los 90 para arriba!

Más de uno y de dos entendidos en Mortadelo achacan que "es más simple que todo ésto: sencillamente ya no nos hace gracia". Bueno, no lo niego, pero ¿no es eso sino una opinión subjetiva? ¿Por qué algo que ya estaba repetido muchas veces hace 20 años os hacía gracia y ahora no? ¿No es legítimo que igual que a vosotros ya os resbalan los mismos chistes, no pueda haber gente a la que le siga haciendo gracia? ¿Por qué es tan objetivamente "malo"?. Este no es sino otro de muchos ejemplos de un axioma que vengo pensando durante mucho tiempo, y es que sólo existen los hechos, no la objetividad. La obetividad no es más que una opinión subjetiva compartida por mucha gente. Antaño todos decían que la tierra era plana y no por ello llevaban razón ¿verdad?. Pues aplicad lo mismo a Mortadelo y Filemón: el hecho es que hay chistes repeidos, que ha habido un cambio en la obra de Ibáñez y que todos hemos crecido: que el cambio sea a mejor, a peor, o que se pueda ver de diversos ángulos, no son sino opiniones subjetivas de todo el mundo.

-Punto número 3: La desaparición del esquema episódico en las historietas largas.

Aquí sí que no pienso detenerme. Para resumirlo, diré lo que comenté antes sobre los otros puntos: no hay que generalizar sino ir historia por historia. Hay álbumes con un ritmo más desorientante o peor llevado, mientras que otros, pese a realizar la conexión entre un punto de la historia y otro en el mismo cómic (sin "cortar" cada 4/6/8 páginas como antaño) quedan bien. Depende de la historieta.

En resumen, todo este tochazo no viene sino a evidenciar que en la templanza esta la virtud: es cierto que hay álbumes de Mortadelo y Filemón que se nota que son MALOS, la mayoría de la época moderna donde , si no recuerdo mal, el mismo Ibáñez reconoce que algunos los hace "por cumplir" (que siempre ha sido así puesto que esto es un negocio, pero me refiero a que no los hace con tanta gana), pero tampoco hay que ser tan extremista ni intentar inventarse una élite de "nada después de X época en la serie merece la pena".

Y para los que piensan que todo esto no vale un duro y/o que soy demasiado permisivo, diré que, efectivamente, aunque algunos de mis álbumes favoritos de Mortadelo y Filemón son de los "recientes" ("Impeachment" o "El ordenador ¡qué horror!"), tampoco soy tan fanático de la obra del maestro como para no aceptar que álbumes como "Atenas 2004", "Bajo el bramido del trueno" o "Rapto Tremendo" son bastante flojos tanto por lo inconexo de las situaciones, como por la rapidez con que se sucede todo quitándole efecto a muchos gags, como por el abuso de escatología "de la mala" (en referencia a lo que dije antes) como por muchos otros motivos.

Sencillamente se trata de ni ser un fanático que se traga todo lo que le echen, ni de pasarse de elitista. Además, qué cojones, aceptémoslo, todos los que nos ponemos de eruditos con una serie que nos encanta, por más que la chafemos "a partir de X temporada", al final seguimos comprándola, y es que incluso aunque critiquemos algo, al menos demostramos haberlo consumido, lo que demuestra que la serie sigue llamándonos la atención por mucho que subjetivamente creamos que algo ha empeorado o mejorado. Como se suele decir "que hablen de tí, aunque sea mal". No hay peor crítica posible para una serie de la que somos devotos que la que se traduce en que ya no nos produce más que simple indiferencia. Cosa que a Mortadelo y Filemón, afortunadamente, no les ocurre.



Un millón de gracias maestro, por tantos años de buen humor. Y espero que por muchos más.

Concluyo pidiendo disculpas a los sitios donde cogí las imágenes, que obviamente no son mías, por tomarme la licencia de hacerlo, pero espero que no les moleste pues no son sino para ilustrar la reflexión de este humilde fan de Ibáñez (y por si alguien de la "EJGAE" lee esto, es sin ánimo de lucro oigan).

Como colofón, si por cualquier coincidencia divina, a Ibáñez le da por leerse esto, aquí van una petición de un seguidor: ¡Recupere a la Irma!

Hasta aquí la primera de mis reflexiones (tranquilizaos, intentaré que las siguientes sean más cortas y digeribles).

Saludos eásmicos.